Es una
teoría desarrollada por un urbanista
estadounidense que se baso en cuestionarios
realizados a los pobladores para saber cómo el ciudadano percibe su ciudad.
El libro consta de 5
capítulos más 3 apéndices finales, dónde el autor despega haciendo una
definición de conceptos como:
legibilidad, imaginabilidad, estructura e identidad; que nos introducirán a la
visión de Lynch, del como concebir a lo que mas adelante llamará diseño urbano.
Seguido de la
explicación de un estudio del imaginario urbano realizado a habitantes de tres
ciudades representativas de Estados Unidos (Boston, Jersey City y Los Ángeles),
utlizando la entrevista, la memoria y el imaginario como método de observación.
Dicho estudio será la columna vertebral del libro, ya que a partir de esté, se
desplegarán todas las hipótesis postuladas por Lynch.
Después se comienza
a captar, cómo Lynch parte de la definición de cinco palabras representativas
(senda, borde, barrio, nodo y mojón), cómo conceptos empíricos, siendo la
manera mas útil para codificar la gran masa de información generada, a la hora
de definir a una ciudad, como estructura singular de flujo, alimentada por
miles de referencias.
Finalmente se llega
a los capítulos, donde el autor empieza a hablar de diseño urbano como
especialidad, y sintetiza todo el contenido anterior en pro de una nueva
arquitectura de percepción hacia lo urbano, como herramienta para el diseñador
a la hora de enfrentar un sinfín de obstáculos cómo oportunidades de
intervención.
Como podemos ver,
¨La Imagen de la Ciudad¨ posee una estructura muy inteligente a la hora de
ofrecer al lector, una serie de pautas para filtrar una infinidad de
información proveniente de lo que llamamos urbano, dónde se pretende ayudar a
reestructurar la percepción del diseñador en su constante juego del observador
y el observado. Generando una conciencia de la ciudad como unidad funcional
subjetiva.
LA IMAGEN DEL MEDIO AMBIENTE. Todo se relaciona con su entorno. Se establecen vínculos a partir de
acontecimientos o experiencias con ciertas partes de la ciudad. La percepción
del ambiente es parcial y fragmentaria, y la imagen que creamos es una
combinación de todos los sentidos.
LA LEGIBILIDAD DE LA CIUDAD. Es la facilidad de visualizar en específico una parte. Una ciudad
legible tiene sitios sobresalientes o sendas fáciles de identificar y agrupar
en una pauta global.
LA ESTRUCTURACIÓN Y LA IDENTIFICACIÓN DEL MEDIO AMBIENTE. El hombre organiza coherentemente algunas claves
sensoriales apoyándose principalmente de la vista. La orientación tiene un
vínculo con la imagen ambiental, pues es la representación mental del mundo
físico exterior que posee un individuo. Una imagen se conforma por la sensación
inmediata mas el recuerdo de experiencias anteriores que sirve para interpretar
la información y orientar la acción.
ELABORACIÓN DE LA IMAGEN.
La imagen ambiental es el resultado de un proceso entre observador y medio
ambiente.
Una imagen de la
realidad puede variar dependiendo de los distintos observadores que haya. Cada
individuo crea y lleva su propia imagen, pero cuando existen coincidencias entre los miembros de un grupo se da lugar a
las imágenes colectivas. Las imágenes públicas son representaciones mentales
comunes que hay en el conjunto de una ciudad, zona o localidad.
Como
resultado, los ciudadanos identificaron algunos elementos que le ayudan a
orientarse y leer la ciudad. Estos elementos estructuran la ciudad, los cuales
son cinco:
Sendas. Son los conductos que sigue el observador
normalmente, ocasionalmente o potencialmente. Pueden estar representadas
por calles, senderos, líneas de tránsito, canales o vías férreas. Para muchas
personas son éstos los elementos preponderantes en su imagen. La gente observa
la ciudad mientras va a través de ella y conforme a estas sendas se organizan y
conectan los demás elementos ambientales.
Bordes. Son elementos lineales que el observador considera
límites entre dos fases, rupturas lineales de la continuidad, como playas,
cruces de ferrocarril, bordes de desarrollo, muros. Constituyen referencias
laterales, separan una región de otra o bien pueden ser suturas, líneas
organizadoras según las cuales se relacionan o unen dos regiones, en especial
en la función de mantener juntas zonas generalizadas, como ocurre en el caso
del contorno de una ciudad trazado por el agua o por una muralla.
Nodos. Son los puntos estratégicos de la ciudad a los que puede
ingresar un observador y constituyen focos intensivos de los que parte o a los
que se encamina, momentos de paso de una estructura a otra o concentraciones/
condensaciones de determinado uso o carácter físico (esquina donde se reúne la
gente, una plaza cercada, etc.)
Algunos
de estos nodos se constituyen en focos de un barrio sobre el que irradia su
influencia y se yerguen como símbolos (núcleos). Las intersecciones de las
calles son nodos, pero por ser insuficientemente prominentes, se les imagina
como cruces incidentales de sendas. La imagen no puede contener un número
excesivo de centros nodales.
Hitos o mojones. Son otro tipo de puntos de
referencia, pero en el cual el espectador no entra en él, sino que es exterior.
Un objeto físico definido con bastante sencillez, por ejemplo, un edificio, una
señal, una tienda o una montaña.
Algunos
mojones están distantes y es característico que se los vea desde muchos ángulos
y distancias por arriba de la cúspide de elementos más pequeños y que se
utilizan como referencias.
La
característica física clave de un hito es la singularidad, un aspecto que es
único o memorable en el contexto.
Barrios. Son las secciones de la ciudad cuyas dimensiones oscilan
entre medianas y grandes, en el que el observador entra "en su seno"
mentalmente y que son reconocibles como si tuvieran un carácter común que los
identifica. Siempre identificables desde el interior, también se usan para la
referencia exterior en caso de ser visibles desde afuera. La mayoría de las
personas estructura su ciudad en esta forma, quedando margen para las
diferencias individuales en cuanto a las sendas o los barrios que son elementos
preponderantes.
En conclusión, me
permito afirmar que el libro es una excelente herramienta llena de conceptos
empíricos, los cuales permiten al lector explotar su sensibilidad y concepción
de imagen, ofreciendo evolucionar nuestro sentido de percepción,
reestructurando así, el método que utilizaremos en el futuro para ¨caminar por
una calle¨.
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